El envejecimiento facial se va originando y es progresivo a partir de la segunda y tercera décadas de la vida.
Se producen 3 fenómenos, que se combinan siendo a veces uno de ellos dominante sobre los otros.
El primero fenómeno es el descolgamiento. Los tejidos blandos, sobre todo los localizados en las partes laterales de la cara, zonas laterales de las cejas y párpados, mejillas, comisura de la boca y parte lateral del cuello, van descendiendo a lo largo de los años. El efecto que se produce es un cambio de forma en la cara. Muchas veces adivinamos la edad aproximada de la persona cuando la vemos a lo lejos, antes de que esté cerca frente a nosotros. Esto es debido a que la forma de la cara en la juventud se aproxima a un óvalo (a semejanza de la imagen de un huevo que está apoyado en su extremo más estrecho). En la vejez la orientación de este óvalo cambia y es similar al que ocurriría al dar la vuelta al huevo y apoyarlo de su parte más ancha. En el cuello se producen las arrugas y la característica papada Este cambio de la forma facial, con aumento de la dimensión de la zona baja con respecto a la zona alta es una de las características que hay que tener en cuenta durante el tratamiento de este proceso.
El segundo factor es la atrofia. Los tejidos van perdiendo progresivamente grasa y se “desinflan”. Esto tiene lugar en toda la cara, pero fundamentalmente en su zona central (párpados y órbita, mejillas, labios), que es en la que se manifiesta la expresión facial y la que refleja nuestros sentimientos y estado de ánimo. Si vemos y perfilamos esa zona central de la cara en una persona joven, veríamos una línea convexa. Si hacemos lo mismo en una persona con signos de envejecimiento tendríamos una línea con concavidades y convexidades que reflejan el perfil de los tejidos que han perdido volumen. En el labio superior, además de la perdida de proyección y aparición de arrugas tiene lugar un aumento de la longitud, que hace que no se vean los dientes superiores produciendo un envejecimiento de la sonrisa. Así mismo el labio inferior desciende y hace que se vean más los dientes inferiores, que es otro signo del mismo proceso.
El tercer fenómeno es el cambio en la parte más superficial de la piel. Se producen alteraciones de la textura y pigmentación. Aparecen arrugas que pueden ser finas y a veces más pronunciadas.
La forma más apropiada para el tratamiento del rejuvenecimiento facial es hacerlo globalmente, para producir un resultado armonioso y natural.
En cada paciente tenemos que decidir qué tipo de procedimiento se adapta a su caso. Generalmente, para obtener unos resultados más naturales es bueno combinar varias técnicas.
El tratamiento adecuado para el descolgamiento es el Lifting. Mediante el mismo se reposicionan los tejidos blandos que se han desplazado inferiormente. Existen diferentes técnicas cuyo objetivo final es devolver a la frente, mejillas y cuello a la posición que tenían en la juventud.
El tratamiento de la atrofia o desinflado que tiene lugar sobre todo en párpados y alrededor del ojo, mejilla y zonas peribucales, son los microinjertos de grasa. La grasa que nos sobra del abdomen, caderas o muslos, se extrae con cánulas de liposucción y se vuelven a inyectar con microcánulas en las zonas en donde se ha detectado que ésta se ha perdido, con el objeto de devolver a la cara la forma y volumen perdidos. Proporciona luminosidad y frescura a nuestro aspecto.
Los tratamientos que aconsejamos en los párpados, blefaroplastias, están ahora más centrados en reponer el volumen perdido que en eliminar piel, músculo o grasa. Cuando hay que eliminar de tejido, se hace de una forma mucho más conservadora que hace unos años. De esta forma también se realiza un procedimiento menos agresivo y con muchas menos posibilidades de producir complicaciones.
El tratamiento del envejecimiento peribucal comprende varios aspectos. Sus causas son múltiples. Con la edad se produce un alargamiento del labio superior que provoca que se “escondan” y no sean visibles los dientes superiores. El labio inferior también desciende y hace que resulten demasiado visibles los dientes inferiores. Ambas hechos son lo opuesto a lo que tiene lugar en una sonrisa juvenil.
La pérdida de volumen del labio y la actividad de los músculos facilita que aparezcan arrugas. En los casos de falta de dientes se produce también una disminución del hueso de los maxilares que hace que los labios se hundan aún más.
El rejuvenecimiento de la boca suele requerir dar volumen a los labios mediante microinjerto de grasa. Las arrugas se mejoran mediante infiltración grasa intradérmica y el peeling. El acortamiento del labio superior a través de incisiones casi ocultas en los orificios nasales (lifting labial) mejora el aspecto de la sonrisa.
Cuando existe falta de dientes y de hueso maxilar provocan una disminución del soporte labial que agrava es aspecto de envejecimiento. La solución a esto es la reposición de los dientes y a veces del hueso mediante implantes e injertos óseos.
¿Qué diferencia existe entre la infiltración con ácido hialurónico y con grasa?
Ambas intentan conseguir lo mismo; dar volumen a la cara. El ácido hialurónico es una substancia sintética reabsorbible, que en el plazo aproximadamente de 1 año o menos desparecerá, perdiéndose así su efecto. Se coloca en la consulta y los efectos suelen ser moderados y como hemos dicho, transitorios.
La infiltración de grasa requiere un medio hospitalario. Suele precisar sedación. La grasa se extrae de zonas donde suele sobrar (abdomen, caderas, muslos…). Se inyecta con cánulas muy finas cuando se quiere aumentar volumen y con agujas muy finas cuando se quiere borrar arrugas. Parte de la grasa se puede perder. La grasa que permanece lo hace para siempre, con lo que su efecto es permanente. Se ha comprobado que la grasa mejora el aspecto superficial de la piel, su brillo y tono. El lipofilling permite tratar unas superficies más amplias y a larga es un tratamiento más económico. Es normal que se produzca un mayor edema y hematoma que con la infiltración de ácido hialurónico, pero se resuelve en pocos días.
Rejuvenecimiento Facial: ¿Qué tipo de tratamiento preciso?
Cuando acuda a nuestra consulta le pediremos que nos traiga fotos que reflejen el aspecto de su cara de varios años atrás. En ella analizaremos en qué aspectos ha cambiado su fisonomía y qué tipo de tratamientos pudieran ayudar a recobrar la apariencia perdida.
El objetivo de nuestros procedimientos es producir resultados naturales y armónicos. Ello suele requerir combinar procedimientos para reposicionar los tejidos descolgados y técnicas que den volumen a las estructuras que lo han perdido.
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