Existen diversas formas de tratamientos para el rejuvenecimiento facial. La elección de las más apropiada para cada paciente se fundamenta en un análisis de las alteraciones presentes y de los deseos de cada persona. Los tratamientos no quirúrgicos son fundamentalmente de 3 tipos:

– Infiltración de rellenos dérmicos, fundamentalmente ácido hialurónico, que proporcionan un aumento de volumen en diversas zonas (pómulos, labios, sien,…).

– Inyección de toxina botulinica, que produce paralización temporal de músculos faciales localizados que facilitan la eliminación de arrugas.

– Resurfacing, o alisado de las capas más superficiales de la piel, que elimina las arrugas finas de la cara como las de los labios y los ojos. Se consigue mediante el peeling (aplicación de diversas sustancias químicas) o diversos tipos de láser.

Los tratamientos quirúrgicos consisten en:

– Lifting, mediante el cual se reposicionan los tejidos que han sufrido un descolgamiento, como lo de las mejillas y el cuello.

– Infiltración de grasa en aquellas zonas de la cara que han perdido volumen. Es frecuente tener que realizarlo en múltiples localizaciones para obtener un resultado plenamente satisfactorio.

Cuando existe una falta de hueso para permitir colocar implantes dentales, el tratamiento previo con injerto ofrece la posibilidad de reponer la masa ósea perdida y así luego poder colocar implantes.

Dependiendo del grado de pérdida, la toma del injerto se puede realizar de la cavidad oral (mandíbula) o de zonas más alejadas (cadera).

El rejuvenecimiento de la mirada implica realizar procedimientos en los párpados y en la frente. El objetivo del tratamiento es intentar elevar las cejas, reducir las arrugas de los párpados y la frente, devolver el volumen perdido en la cuenca de los ojos y eliminar las bolsas. Se consigue mediante blefaroplastias, lifting frontal e infiltración de grasa.

El cuello es una de las zonas en las que el envejecimiento facial es más evidente. Los tejidos al descolgarse producen una alteración del contorno de cuello y unas arrugas que altera la estética. Para obtener un buen resultado es casi imprescindible recurrir al tratamiento quirúrgico, el lifting de cuello.

En muchos casos basta con una pequeña incisión por detrás de la barbilla, para conseguir los resultados deseados. En otros casos se recomienda realizar a la vez un lifting facial para poder conseguir unos resultados armónicos.

La cirugía Ortognática es una intervención quirúrgica realizada para mover el maxilar superior y la mandíbula, con objeto de corregir su posición. Se consigue con ello normalizar la mordida y al mismo tiempo una mejora global de la estética de la cara.

Se realiza a través de incisiones por dentro de la boca y no deja cicatrices externas. Requiere un tratamiento ortodóncico previo.

La cirugía del contorno facial se encarga de normalizar las proporciones de la cara. Con la misma se consigue aumentar o disminuir los pómulos, mentón y mandíbula y producir un aspecto más ovalado en mujeres y más rectilíneo y angulado en hombres.

Se realiza mediante una combinación de reducción del contorno óseo en unas zonas e infiltraciones de grasa en otras zonas.

A veces tras una intervención de nariz no se producen los resultados estéticos esperados. Se puede analizar por qué no ha sido así y buscar soluciones para la mejora estética y funcional.